AGUA CORRIENTE
El 21 de septiembre de 1960 la Dirección general de obras hidráulicas adjudica las obras de abastecimiento de agua en Berlanga al contratista Don Ramiro Lahoz Abad, que se compromete a ejecutarlas por 1.097.000 pesetas. Treinta y tantos meses más tarde, todas las casas del pueblo disponían de sus particulares espitas por las que salía un agua corriente de primera calidad tras efectuar un pequeño giro de la llave. De cómo era la vida antes de este milagroso suceso no les puedo decir mucho, pues no había nacido. Lentamente fueron cayendo en desuso los utensilios que habían servido para transportar el agua desde las fuentes, las pilas de lavar, los cántaros, los jabones caseros que se hacían con sosa y aceite reciclado...
Comenzó tambien el lento abandono de los lavaderos públicos de la Puerta de La Hoz, que habían sustituido a otros más antiguos que había junto al manantial de la Arboleda. Es cierto que en estos lugares bullía la vida, porque el agua limpia tiene la propiedad alquímica de provocar alegría y que los lavaderos eran sitios mas bulliciosos, sicalípticos y escatológicos que las tabernas. Ahi está desde entonces el edificio, al que no se ha sabido encontrar un fin adecuado, y donde no quedaría mal una fábrica de jabón artesano.
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Jma -
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