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De la parte Berlanga

LA BALADA DE CENAGRA

LA BALADA DE CENAGRA

Estos días he desempolvado una vieja bicicleta que había por la casa familiar y, dispuesto a encontrarme cara a cara con la desolación, he sido capaz de pedalear hasta Cabreriza por el moderno camino de grava que sustituyó al de herradura, para uso de la maquinaria agrícola. Nadie fue capaz de construir una mísera carretera. Cabreriza está deshabitado desde 1973. En esa fecha los pocos vecinos, hartos de tanto abandono y aislamiento y con muchos años a las espaldas, decidieron poner tierra de por medio y marcharse a Berlanga o a otros sitios con un poco mas de vida y de servicios. Alli dejaron sus casas, sus huertos y sus muertos, la iglesia, la casa concejo, los corrales, los aperos, las imagenes de su vida, de su infancia, las fiestas, las rondas, las luminarias... Me pongo en el lugar de aquellas gentes. La angustia que debe sentir uno al abandonar su pueblo, y la que se debe sentir en el largo proceso que lleva a tomar esa decisión radical; algo inexplicable que solo puede comprender quien ha tenido la desgracia de vivirlo.

Julio Llamazares ha escrito sobre este tema y ha trabajado en una película titulada El Filandón (1984). Este escritor leonés enamorado de nuestras tierras de Soria, nació en Vegamian, un pueblo de la montaña que fue cubierto por las aguas del pantano del Porma. Tambien hay un librito titulado Noche de enigmas (Edelvives. 1990) del escritor segoviano Ignacio Sanz, inspirado, si no ambientado, en Cabreriza, un pueblo abandonado cerca de Berlanga al que en la novela se llama Cenagra

Cabreriza era un pueblo no de los más pequeños, a principios del siglo XX tenía 250 habitantes. Tenía buenas casas con abundante mampuesto y poco adobe, más usual en otros pueblos de la comarca. Estaba dividido en dos barrios, uno en la falda del cerro y otro en la cúspide, donde tambien estaba la iglesia de la Asunción cuya última construcción data del siglo XVIII. Parece que en su origen, en la repoblación de estas tierras fronterizas por el año mil, hubo una cabaña donde se recogían los pastores con su ganado, que eso es precisamente una cabreriza. Puede que hubiera algun resto de construcción que dejaran los musulmanes en su huida hacia el sur. La Iglesia, que es como decir El Poder, se ocupó de poblar el lugar con colonos de más al norte, a quienes se repartieron tierras, aqui y en el vecino pueblo de Alconeza, que tambien quedaría abandondo siglos después. El entorno era rico en agua, con un rio Talegones, al que suponemos mucho más generoso que en la actualidad, y varias fuentes. En los huertos se cultibaban legumbres y hortalizas, todas de producción ecológica. El ganado pastaba en la dehesa y en el monte de carrasca se cortaba la leña para las frías noches de invierno.

Al principio, despues del abandono, todas las casas estaban enteras, y algunos dueños pasaban por ellas periodicamente para mantenerlas en buen estado, como si tuvieran la esperanza de que esa pesadilla de la que habían sido protagonistas, fuera a acabar y volviera la vida y el bullicio a las calles. Y las casas se mantuvieron una buena decada sin ningun deterioro considerable, hasta que un día los amigos de lo ajeno abrieron una y no pasó nada, y una temporada después otra y otra, hasta el estado en que te encontrarás todo si tienes estómago para aguantarlo. Yo recuerdo la escuela profanada, y el ayuntamiento, con los papeles de caligrafía antigua esparcidos por el suelo y por las calles, y me parece que ningún asentamiento humano tiene derecho a pasar por este amargo trance. He subido hasta el cementerio y mientras me acercaba a la tapia me venía a la mente aquella frase rotunda del  Heliópolis, de  Ernst Jünger:

"en aquel lugar vivieron, amaron, esperaron y entregaron sus huesos a la muerte gentes innumerables."

4 comentarios

Lluís -

Hola, alguien sabe si se pueden conseguir fotos de cuando estaba habitado? la abuela de mi cuñada era de Cabreriza y sentia curiosidad por ver como era el pueblo antes de ser abandonado. El año pasado fuimos unos dias a Berlanga y visitamos el pueblo. Vaia lastima que esté tan destrozado,apenas se mantiene en pie la iglesia y poca cosa más!!

ardyles... -

hola! conozco cabreriza..parte de mi familia es de la zona. La sensación de estar ahí es desoladora...al margen de la rapiña, si entras en las casas abiertas y ves que allí alguien ha vivido,soñado,amado,sentido penas, la sensación que te queda es el desgarro que tiene que sentir alguien a abandonar lo que fué su hogar. Si es cierto eso de que queda´"algo" en forma de energía...cabreriza tiene que ser...

Robespierre -

Es bárbaro, este artículo. ¿quien sos?

el de tiermes -

no sé si conoces Lluvia amarilla, una novela de Llamazares también situada en soria, en un pueblo de la sierra a punto de ser abandonado, en él sólo queda un habitante. la impresión q dan estos pueblos es desoladora, la verdad, pero casos como el de ibort, o manzanares permiten dislumbrar un resquicio de esperanza. en fin, a veces me pongo de un optimista q doy asco. saludos.