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De la parte Berlanga

LA CARROÑA

LA CARROÑA

La normativa comunitaria que obliga a incinerar o enterrar a los animales muertos, puede provocar a corto plazo la desaparición de algunas especies de la fauna local.

Porque un animal muerto desencadena un alucinante festival de la biodiversidad, una prodigiosa multiplicación de la Vida, algo asi como  un  macrobotellón de miles de especies; cosas todas estas que deberían hacer recapacitar a los legisladores, porque son tan importantes como la salud publica o la asepsia de nuestros campos.

Hay ya un ejemplo en los Picos de Europa, donde se crearon vertederos estratégicos, vigilados por agentes sanitarios, lo que generó la rápida recuperación de muchas especies amenazadas. Debemos encontrar el punto intermedio en el que, preservando la salubridad del ser humano (tambien en peligro de extinción en esta parte del mundo) salvemos la cadena alimenticia de las especies.

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