Puntualizaciones sobre El Trabuco
En febrero de este 2011, pusimos en el blog un artículo encontrado en una revista de 1935 que hablaba sobre El Trabuco, personaje berlangués de principios del pasado siglo, del que circulan todavía un sinfín de anécdotas, que hablan, casi todas ellas, de un hombre poco convencional, amigo del riesgo y de la aventura, y que tuvo por todo ello un desgraciado final.El artículo en cuestión (al cual pueden enlazar pinchando AQUI) relaciona unas cuantas aventuras y desventuras del personaje, remitiendo al final del mismo a una segunda parte, que no fuimos capaces de encontrar.Hace unas semanas recibimos por parte de un familiar del susodicho, un escrito de replica, poniendo las cosas en su sitio y explicando las falsedades que divulgaba el dicho artículo de la Revista Crónica, del año 1935, la cual, después de revisados unos cuantos ejemplares, podemos decir que adolecía de una cierta falta de rigor y de una clara tendencia al amarillismo.Pusimos el artículo en el blog con el ánimo de ir haciendo acopio etnológico o cultural de todo lo relacionado con nuestra comarca, el mismo con el que hemos puesto otros artículos parecidos, sin segundas intenciones, ya que sabemos que hay descendientes de esta persona que merecen todo el respeto por nuestra parte. Y esperabamos como esperamos siempre, y asi ha sido en esta ocasión, que los que saben más que nosotros, pusieran la información que falta para tener la panorámica completa.Muchas gracias por tanto, a este nieto del Tio Trabuco y aqui tienen completo su escrito de puntualización:
PRIMERO: EL TITULO DE CABECERA QUE EL CRONÍSTA LE DIO A ESTA HISTORIA YA ESTA FUERA DE SITIO AL COMPARAR Y PONER A UN HOMBRE HONRADO AL MISMO NIVEL QUE A LOS AUNTÉNTICOS BANDOLEROS DE LA ÉPOCA.
No fue un bandolero Enrique García Hernando, ni fue un pobre hombre, ni fue un hombre temido en la provincia de Soria, y mucho menos un malhechor, y sobre el mito del coco, ni la familia ni nadie del pueblo jamás me han contado que las madres dijeran a los hijos que viene el Trabuco.
Este cronista cogió la parte más rocambolesca y exagerada de esta historia, como suelen hacer algunos periodistas, historiadores o cronistas que no son rigurosos con sus publicaciones. Y si a ese periodista Mario Alegría, de la revista CRÓNICA Año VII. Número 302. 25 de agosto de 1935 le contó el relato el Sr. Ángel, le vuelvo a repetir como le dije en el anterior escrito, que esta persona contaba las cosas con gran dosis de socarronería. (Astucia o disimulo acompañado de burla encubierta).
En cuanto a que el Sr. Ángel fue protector desinteresado de la familia, como podrán ver más adelante ni fue desinteresado ni fue interesado de esta familia, La Sr. Martina tenía una buena relación con toda la familia ascendente del Sr. Ángel, igual que la tenía con otras familias del pueblo, como tenderos banqueros etc., que no viene al caso relacionar en esta historia.
SEGUNDO: DE ENRIQUE GARCÍA HERNANDO A EL TRABUCO
En este apartado si relata la verdad en cuanto que era un hombre fuerte, robusto, trabajador, honrado, servicial y todo lo demás que enumeran en esos párrafos. No puede estar esta historia más lejos de la realidad con los adjetivos que le atribuye el cronista, da a entender como si hubiese sido una cosa similar a "Curro Jiménez", nada más lejos de la realidad.
No le hacía falta cometer nada de lo que indican, pues era una casa de labradores en una buena posición en aquellos tiempos, poseían tres yuntas para las labores del campo, una de vacas/bueyes y dos de machos, más un burro, vacas lecheras y un rebaño de ovejas de los más grandes que existían por aquellos años, además de una gran bodega por la cantidad de viñas que poseían, o sea que tenían un buen patrimonio y saneado. Patrimonio que tenía las raíces en la Madre de Felipa, (Martina "la Polla").
La tal Martina "la Polla" esposa de Santiago Ramón, tuvieron dos hijos, Felipa y Valentín, era una familia de un bienestar de los más altos del pueblo, miren la situación que tenían, por aquel entonces se podía pagar para que un mozo no fuera a la mili (la mili eran 3 años) y el propio ayuntamiento tenía una lista de voluntarios para enviarlos a cambio del que pagaba, y la Martina pago 3.000 reales para que Valentín su hijo quedara libre del servicio militar, tenían lo narrado en el párrafo anterior y para hacer todas las tareas del campo y ganadería tenían varios criados (hoy obreros), Santiago el marido no podía realizar los trabajos del campo porque tenía las piernas llenas de ulceras (entonces llagas) y andaba con muletas y Valentín el hijo que no era su fuerte el trabajo del campo, solo hacía que dar las ordenes y supervisar lo que le decía su padre, Santiago, daban mucho trabajo a los del pueblo y tenía una bondad exagerada.
Martina, cuando veía algún niño con las alpargatas o la ropa rotas, lo cogía se lo llevaba a la tienda de M. P. y lo vestía, y le decía, ve y dile a tu madre que la Sra. Martina te lo ha regalado. Como bien dicen la Martina estaba encantada con el hombre (Enrique) que
le había correspondido a su hija y le hacía feliz, porque era un hombre responsable y trabajador y convertido en cabeza de familia como bien dicen en su crónica, se hizo cargo de toda la faena que había en aquella casa acrecentando el patrimonio gracias a su trabajo. Pasados unos años, Valentín vio la ocasión con su cuñado Enrique de desentenderse de las tareas del campo, sabiendo que su cuñado era capaz de llevar todo además de trabajar, aprovecho la ocasión y se fue a Barcelona. (±1916). (Como digo anteriormente no le gustaba el campo).
Las críticas falsas e intencionadas hacia el Trabuco, provenían de los del pueblo y pueblos colindantes a Berlanga que sabiendo en la situación de abandono del cabeza de familia que tenían en esa casa, querían aprovecharse de la situación, como: metiéndose en las tierras, en el tiempo de la siega segándoles por la parte del lindero los cereales que pegaban a ellos, sustrayéndoles corderos, etc. etc. pero Enrique aunque estaba mal de la cabeza vigilaba sus propiedades y cuando veía alguna cosa de estas les salía al encuentro y más de uno se las vio en apuros con él, (como era un hombre corpulento y fuerte tenían siempre las de perder) estos cuando contaban estos hechos lo contaban a su manera, no decían que motivos se produjeron para que Enrique se enfrentara a ellos. Y de ahí nacen muchas de las historias cambiadas ya que Enrique no estaba presente para contradecir lo que ellos contaban, y esos dichos se propagaban y quedan como que habían ocurrido.
Y como bien dicen en un párrafo, los convecinos de Enrique no tenían palabras más que para elogiarle, era una gran persona, muy tolerante, trabajador incesante, incansable y benevolente, persona que ayudó en aquella época a mucha gente.
También tengo que decir que las envidias aprovechan estas situaciones y toman venganzas cobardes, como por ejemplo; le prendieron fuego a uno de los corrales que tenía en el campo con las ovejas dentro, muchos del pueblo sabían quien fue, pero ahí se quedo porque nadie fue a la familia a decirle yo he visto al que le ha prendido fuego al corral.
TERCERO: DE TRABAJADOR INCANSABLE A BANDIDO.
Cuenta el cronista que un día se le vio entrar en la taberna, cosa insospechada en él, y que lo convencieron a fin de proponerle un negocio de la patata temprana, y que frecuentaba la taberna con sus compinches y se alejaba cada vez más de la faena, etc. etc., y que le salió mal el negocio. Todo ese párrafo es una invención y una mentira. Lo primero que Enrique no bebía más que en las comidas y poco, a pesar de que tenían en casa una gran bodega. La causa que le llevo a la situación de esta historia fue que se murió la mujer (Felipa) a la edad de 42 años, fue un hombre que estaba completamente enamorado de su mujer, y él empezó yéndose a dormir todos los días al cementerio después de venir de trabajar, se acostaban todos y él cogía una manta y se iba al cementerio a dormir con su mujer, por la mañana volvía a casa y emprendía las tareas del campo, en esta situación estuvo cosa de un año, empezó a estropearse de la cabeza, hoy dirían que cogió una depresión, en aquella época lo trataron como locura.
O sea que sí se conocen las causan que le impulsaron al cambio de vida que tomo con relación a la que llevaba. Cuando se produjo esta situación el año 1928/29 dejo la casa como bien dicen con 6 hijos, 3 hijas y 3 hijos y el primogénito no es el Quirico como dice la crónica
Cronológicamente los 6 hermanos son; la 1ª hija Marcela (con 25 años la única casada), el 2º hijo Quirico (con una edad 22 años), la 3ª hija Julia (con 18 años), El 4ª hijo Hipólito (con 13 años), el 5º hijo Eloy (con 12 años) y la 6ª hija Araceli (con 7 años). Por lo que el dato que dan de dos hijas casadas no es cierto, y que estaban en Barcelona tampoco, el primero que se fue a Barcelona fue el 4º hijo, este sí que estaba en Barcelona cuando escribieron la crónica, se fue a casa de su tío Valentín, hermano de su madre Felipa que se fue a Barcelona allá por el año ±1916.
Tengo conocimiento de que si cometió alguna fechoría pasado un tiempo, esto paso cuando se fue alejando del pueblo hasta ir a parar a la parte de Burgos, porque al principio lo que necesitaba lo cogía de casa y de la huerta que tenían.
A partir de ahí y con las dos detenciones que había sufrido se fue para la parte de Burgos donde fue nuevamente detenido e ingresado en una casa de socorro que es donde murió, hecho que nunca comunicaron a la familia.
CUARTO: POR NO MATAR A LA ABUELA
En cuanto a lo que narran en este apartado y que dicen que son:
A/ Que cuantas veces ha sido detenido ha hecho la misma declaración, no tengo conocimiento de ello, pero sí es verdad sería fruto de la situación que se encontraba Enrique.
B/ Que entretanto la abuela Martina acogió a los nietos y enterró a la hija, víctima de los sufrimientos:
1/que acogió a los nietos cuando se produjo la muerte de su hija Felipa, eso sí es verdad.
2/que en esos años que Enrique era detenido enterró a la hija Felipa no es verdad, como ya explico en el tercer punto se produjo el abandono por la muerte de la mujer, con lo cual cuando él era detenido ella no existía, por lo que este párrafo es otra invención.
C/ Y sobre los dichos, la mayoría son invenciones, no fue hombre de tener armas en casa.
QUINTO: MATAME YA DE UNA VEZ
No tengo conocimiento de si se produjo este hecho con Quirico, pero me comenta mi informador que es persona que vivió esta historia en sus propias carnes, que la relación de Enrique con Quirico no eran las adecuadas entre padre e hijo, a pesar de que su padre lo tenía en gran estima porque Quirico padecía un defecto en un pie desde su nacimiento (era cojo) y nunca trabajó en el campo, y cuando tuvo la edad que en aquel tiempo exigieran se metió de alguacil en el ayuntamiento, tampoco recuerda si en esa época ya estaba en dicho cometido. Yo lo conocí de alguacil y pregonero del pueblo.
Miren en que estima tenían a Enrique en el pueblo, que cuando lo detuvieron lo llevaban por la noche a su casa a dormir y por la mañana lo volvían a la cárcel.
MOTE: "TRABUCO"
Saben que los motes a las personas viene por cualquier tipo de cosa o defecto que pase a una persona y sobre todo en los pueblos. El mote de Trabuco vino porque cuando era jovencito fue en los años que se hizo la vía férrea de Ariza a Valladolid que pasa por Berlanga y en el tiempo que en casa de sus padres no tenían quehaceres del campo, se fue a trabajar de pinche a esta obra de la vía.
Para echar la piedra en la vía utilizaban unos cestos planos que también los utilizaban los camineros en las carreteras, estos cestos planos tenían un nombre raro (que no han sabido decirme) también utilizaban botijos, que los llamaban "búcaros" y él como pinche estaba para acercarles tanto el botijo como los cestos, y uno de estos dos elementos no sabía pronunciarlo el nombre y lo llamaba "Trabuco", con lo cual, los obreros muchos también del pueblo cuando se lo pedían le decían “tráeme el "Trabuco" y de ahí quedo el mote para la historia.
Informadores
Para su conocimiento le diré que soy uno de los nietos de Enrique de los 9 que actualmente estamos vivos y que tengo 65 años. Yo no lo conocí pero siempre me interesó esta historia que me contaron mi familia y gente mayor del pueblo y siempre les decía que me contaran lo bueno y lo malo que hubiese podido pasar. Toda mi información ha sido consultada y contrastada con otro nieto que en estos momentos tiene 83 años que vivió aquella época y en casa del abuelo Enrique.
Por lo que les rogaría que hagan desaparecer de la Web todo aquello que principalmente son calumnias y no lo tengan bien documentado.
F. Núñez García y M. Muñoz García
1 comentario
Amio Cajander -